miércoles, 2 de enero de 2013

Tus manos azules, las mías grises.

Intentando interpretar tus círculos y tus "no quiero más", porque corrí y me atrapaste, me envolviste con tus trasnoches, me llevaste a mi mayor fragilidad que es dormir temprano, me llenaste de dis-fun-cio-na-mien-to, de lo que nunca quise decir, me atrapaste con tus despedidas, con mi sufrimiento, me llevaste a escribir una y otra vez, incansablemente de ti, durante múltiples horas, imposibles de reunirlas a todas en un tú, porque acá sólo eres tú, no "tú y yo", nunca hemos sido tú y yo, porque hoy y ayer sólo se reduce a tus puntos finales, me hundiste en el descanso, en el dormir bien sólo con tus palabras, con tus buenas noches escondiendo el -no te quiero más-, de la angustia de haber perdido un futuro utópico junto a ti, y sí, hoy no termina mi sinceridad, porque contigo nunca voy a dejar de ser sincera, atorméntame con tus lagunas y aliméntame con tu desprecio, despréciame toda la vida porque así me tendrás nadando en este mar grisáceo, porque grisáceo queda tu azul con el mío, te dedico el alfabeto que es mi única obsesión, mis manías me las guardo yo, porque todas ellas me hacen bien, el alfabeto no. Gracias, te ganaste el primer texto del año, al igual que el segundo día del año pasado. Buenas noches (porque cada tú termina en eso).

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